Decimos habitualmente que “todo tiempo pasado fue mejor” y esa frase tiene también vigencia para definir la evolución de nuestro pueblo. Estamos hablando del tiempo entre 1927 y 1937 aproximadamente. En esa época el pueblo contaba con no menos de cuatro casas de ramos generales, además de otros comercios de comestibles de menor envergadura, tres hoteles, herrerías, carpinterías, peluquerías, sastrerías y muchos otros comercios de distinto tipo, a lo que hay que sumarle una población de más de tres mil habitantes.
Son múltiples los factores que contribuían a que la situación fuera de esa manera, en primer lugar hay que destacar la gran cantidad de mano de obra que ocupaba el campo en esos momentos, particularmente en épocas de cosecha, lo que unido a las dificultades que ofrecían los transportes terrestres en esos años hacia que toda la producción de una amplia zona se canalizara por nuestra estación ferroviaria. La población rural estable era también muy numerosa, comparándola con la actual, y también canalizaba todas sus necesidades de todo tipo en el comercio local, para brindar un solo dato a manera de ejemplo digamos por que en la sastrería Colantonio, durante los días posteriores a la cosecha, que eran lógicamente los de mayor movimiento, se vendían cinco trajes por día, además de cinco peluquerías trabajando a pleno y los hoteles y restaurante con un movimiento casi propio de una ciudad.
Posteriormente hubo dos situaciones coincidentes que contribuyeron para que la situación se fuera modificando, en primer lugar, la permanente tecnificación del campo hizo que en forma paulatina se fuera despoblando, y al mismo tiempo la construcción de la ruta pavimentada en el año 1939, facilito las comunicaciones terrestres, y el ferrocarril fue perdiendo gravitación.
En esos momentos comenzó una situación que no solamente afecto a Cascallares, sino que se repitió a lo largo y a lo ancho de todo el país; un permanente desplazamiento de las poblaciones rurales hacia las grandes ciudades, donde se abrían mejores perspectivas laborales. Mar del Plata, Buenos Aires y otras ciudades recibieron a muchos Cascallarenses en busca de un futuro mas promisorio, y así fueron quedando atrás los mejores momentos de un pueblo que en los primeros años de su existencia, parecía destinado a una realidad mas venturosa.
Son múltiples los factores que contribuían a que la situación fuera de esa manera, en primer lugar hay que destacar la gran cantidad de mano de obra que ocupaba el campo en esos momentos, particularmente en épocas de cosecha, lo que unido a las dificultades que ofrecían los transportes terrestres en esos años hacia que toda la producción de una amplia zona se canalizara por nuestra estación ferroviaria. La población rural estable era también muy numerosa, comparándola con la actual, y también canalizaba todas sus necesidades de todo tipo en el comercio local, para brindar un solo dato a manera de ejemplo digamos por que en la sastrería Colantonio, durante los días posteriores a la cosecha, que eran lógicamente los de mayor movimiento, se vendían cinco trajes por día, además de cinco peluquerías trabajando a pleno y los hoteles y restaurante con un movimiento casi propio de una ciudad.
Posteriormente hubo dos situaciones coincidentes que contribuyeron para que la situación se fuera modificando, en primer lugar, la permanente tecnificación del campo hizo que en forma paulatina se fuera despoblando, y al mismo tiempo la construcción de la ruta pavimentada en el año 1939, facilito las comunicaciones terrestres, y el ferrocarril fue perdiendo gravitación.
En esos momentos comenzó una situación que no solamente afecto a Cascallares, sino que se repitió a lo largo y a lo ancho de todo el país; un permanente desplazamiento de las poblaciones rurales hacia las grandes ciudades, donde se abrían mejores perspectivas laborales. Mar del Plata, Buenos Aires y otras ciudades recibieron a muchos Cascallarenses en busca de un futuro mas promisorio, y así fueron quedando atrás los mejores momentos de un pueblo que en los primeros años de su existencia, parecía destinado a una realidad mas venturosa.
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